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Historias de Rock con el 8: Deftones – Back to school

Las normas están para romperlas. Aquí se habla de discos… hasta hoy, que vamos a hablar de un single. En mis escritos he repasado un ciento de veces la misma idea redundante: La prisa. Cada vez que hago alguna referencia a la actualidad, todo va a asociado a la inmediatez. Todo tiene que ser cuanto antes, plano, de lectura rápida, de comprensión instantánea. No hay tiempo para detenerse a paladear, a pensar. Lo único bueno que tiene esta “era del quiero todo y lo quiero ya” es que cuando vuelves la vista al pasado, te da la sensación de observar escenas pintorescas del siglo XIX cuando en realidad apenas han pasado un par de décadas.

Por Teodoro Balmaseda

Ayer, de chiripa, volvió a pasar por mis oídos una pequeña joya que nos dejó el nu-metal del cambio de milenio.

La parada del mes: 13-Deftones Back to school (Mini Maggit).2001.

¡Ay la virgen, cómo hemos cambiado! Y parece que fue ayer, que es lo peor. Cuando comenté el Mellon Collie and the Infinite Sadness de los Smashing Pumpkins hablé de una experiencia aciaga en el instituto, pero, como todo en esta vida, cambió. De un año para otro, todo lo que eran problemas, se convirtieron en motivos de orgullo. Estaba en una clase de púberes de los que (seamos sinceros) más de la mitad sobrábamos en un sistema educativo que no tenía muy claro qué hacer con nosotros (a los hechos me remito, el que no ha cogido la maleta disfruta de curros maravillosos en Telepizza: sus últimos datos económicos y la no subida del salario mínimo interprofesional hablan por sí mismos) a ser un adulto temporal (me sentía menor sólo por el carnet) que iba a estudiar porque quería, en horario vespertino, rodeado de gente que casi me doblaba la edad, currantes con las ideas claras que querían un proyecto de futuro muy concreto. Tratando de superar las inseguridades, creé una serie de rituales que me hacían sentir mejor, y el más concreto era meterle las pilas recargables recién recauchutadas y marcharme a clase con la música a toda mierda. Recuerdo viejuno: si empezaba a correr, se jodió la música. Los botes hacían que se cortara.

Cuando no hace mucho retomé aquel videoclip, con Chino Moreno cantando mientras caminaba por encima de las mesas o moviéndose a cámara lenta sobre su monopatín, no pude evitar un suspiro, y cuando dibujaba con los labios la letra de la canción al tiempo que se ponía los cascos de su discman me trajeron a la mente mis tiempos mozos. Conocía a la banda vagamente (básicamente el Around the fur; cuando descubrí Back to school ya estaba bataqueadito), y me habían cautivado con las guitarras de Far away y esa forma que tenía de cantar Chino Moreno. Creo que ésta siempre fue mi canción favorita porque los estribillos parecen esbozados en slow motion, hasta que guitarra y voz separaban sus caminos, Chino Moreno poniendo a prueba los registros más agudos que podía alcanzar.

Deftones eran parte de un movimiento. Al principio era rap-metal, luego un-metal… la etiqueta es lo de menos. Sin tener cifras en la mano (sólo faltaba basar si una banda es mejor o peor por las cifras de ventas), siempre he visto a Deftones en una segunda fila, detrás de otros grupos como Korn o Linkin Park, que eran (para mí) la genuina voz cantante del movimiento.

Tengo la sensación de haber metido mucha historia y poco rock, pero, igual que Zero respondía a un poso personal muy negativo, Deftones y su Back to school me trae un sabor de boca tan bonito que me he sentido obligado. La música no son sólo acordes, o compases, o registros vocales. La música es arte, y como cualquier arte vale única y exclusivamente la capacidad de inspiración que es capaz de generar.

Por traerme una gran sonrisa a la cara (aunque me sienta viejo) y por haber simbolizado un momento de reencuentro conmigo mismo…Deftones: Back to school.

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